Resumen: Desde el ámbito de la inteligencia tomar decisiones es una actividad necesaria y continua del analista. Cuando un analista necesita elegir entre varias opciones puede ser una tarea que parece simple contando con la información necesaria y la preparación adecuada, pero a veces resulta tan complejo que se convierte en una preocupación importante para evitar lo sesgos y los condicionamientos psicológicos que toda persona consciente o inconscientemente tiene. La toma de decisiones pone en juego numerosos procesos cognitivos, entre ellos el procesamiento de los estímulos presentes en la tarea, el recuerdo de experiencias anteriores, el tiempo de reflexión antes de la toma de la decisión (de la que a veces dependen vidas) y la estimación de las posibles consecuencias de las diferentes opciones, junto con que la decisión final no siempre está alineada con la opinión del analista (generando problemas de estima, de resistencia a la frustración…). El objetivo de este artículo es resaltar el papel tan importante que tiene la emoción en una toma de decisión donde lejos de ser un obstáculo para la toma de decisiones adecuada, como se ha venido considerando en el marco del pensamiento racionalista, es un requisito imprescindible para la misma. Su análisis y estudio son una herramienta complementaria para mejorar la decisión del analista. Todas aquellas teorías que se centran en los sesgos cognitivos como uno de los posibles errores en una toma de decisión deberían complementarse con ésta perspectiva, ya que nos proporcionaría una visión más completa del funcionamiento de la mente humana.

Palabra clave: Emoción, toma de decisión, hipótesis del marcador somático, amígdala, corteza prefrontal.