Resumen: Aunque, por fortuna, no sea frecuente, tampoco es insólito que los integrantes de la Guardia Civil hayan de cumplir una pena de prisión. Ello es ahora mas frecuente que hace años por diversas razones entre las que la principal es el progresivo interés de los modernos sistemas penales en tutelar enérgicamente valores que en otro tiempo recibían menos protección, o no recibían ninguna. Pensemos por ejemplo en los delitos de tortura, y en general en los delitos cometidos por los funcionarios públicos, o en los relacionados con la denominada violencia de género. De otra parte la consideración de los cuarteles de la Guardia Civil como lugares opacos en los que no trascendía lo que dentro pudiera ocurrir ha desaparecido tanto por impulso externo –el interés de jueces, fiscales, querellantes, en averiguar la verdad- cuanto, sobre todo, por impulso interno –la cada vez más clara conciencia de que de ninguna manera es tolerable encubrir o disimular actos delictivos bajo la coartada del compañerismo o el espíritu de cuerpo-.
En las líneas que siguen se estudiaran brevemente las peculiaridades que reviste el cumplimiento de la pena de prisión cuando el condenado a ella es guardia civil (en sentido amplio, esto es, comprensivo de los suboficiales y oficiales particulares o generales).
No se trata pues de estudiar o resumir lo que es el cumplimiento de la pena de prisión esto es el entero régimen y tratamiento penitenciario sino sólo aquellas variantes del mismo que puedan ser de especial aplicación a la Guardia civil.
Para una mejor sistematización del problema se estudiarán por separado el cumplimiento de la pena de prisión en establecimientos penitenciarios comunes y en establecimientos penitenciarios militares.