Resumen: El presente artículo está basado en dos ideas fundamentales. La primera es que el consumo de drogas no constituye solamente un problema de salud pública sino que también es un problema de seguridad ciudadana por la repercusión que tiene dicho consumo en el índice de criminalidad. La segunda idea fundamental es que se va a contemplar a la Policía como un agente de prevención siempre en coordinación con otros agentes o servicios preventivos.
La drogadicción, que es otro profundo mal social, ha sido atacada con la ley penal, en detrimento de la medicina social preventiva. En términos de política criminal la “respuesta” de nuestra sociedad a este problema se basó en una política penal. Esta política es la más contundente, pero no la más eficaz. Por este motivo es necesario, la creación de planes de prevención que engloben una absoluta cooperación entre las diferentes ciencias y profesionales, que traten este problema.